Aspectos emocionales y cognitivos en el cáncer de mama

Un diagnóstico de cáncer puede tener un impacto enorme en la mayoría de los pacientes, las familias y los cuidadores.

En cada una de las fases de la enfermedad (antes, durante, después) se experimentan un cumulo de emociones y sentimientos, tales como: miedo, envidia, frustración, rabia, placer, tristeza y sintomatología de ansiedad y depresión. Es importante resaltar que la intensidad con la que se presentan estas, va a estar mediada por los estilos de afrontamiento del paciente o familiar.

En la mayoría de las mujeres, tras un diagnóstico, aparecen pensamientos automáticos como: ¿Por qué a mí?; ¿me voy a morir?; ¿qué pasara con mi familia?; ¿me encontraré bien?; entre otros pensamientos que podrían llevarte a experimentar, sentimientos de ansiedad e incertidumbre. Aunque lo descrito anteriormente resulta normal, es importante que si te ves abrumado acudas al psicooncólogo, este profesional está acostumbrado a trabajar este tipo de situaciones y puede ayudarte a entender todos estos sentimientos.

Una de las creencias irracionales en algunas personas es asociar la palabra cáncer a muerte, lo que puede ocasionar miedo, tristeza y/o ansiedad. Es importante destacar que el proceso de asimilar una enfermedad conlleva tiempo y paciencia. Buscar una herramienta de información de la mano del médico te ayudará entender qué te ocurre, a comprender tu proceso y a afrontar los nuevos retos que van apareciendo.

Durante el proceso, una de las situaciones que podría generar un impacto emocional en la paciente es la mastectomía. Frente a esta situación se producen sentimientos de pérdida, mutilación y afectación de la imagen corporal, entre otros aspectos que generan sintomatología ansiosa y depresiva, aunque es normal experimentarlo, en ocasiones es recomendable buscar ayuda psicológica.

Asimismo, el soporte psicológico podría resultar fundamental una vez finalizados los tratamientos (supervivencia), donde el paciente y familiar experimentan sensaciones de abandono ya que en teoría implica reincorporarse a una rutina normal.

Aunque a ojos del resto puede parecer que ya estás bien, es normal que sientas miedo ante la nueva situación debido a los procesos de enfermedad por los que has pasado. Generalmente el autoconcepto cambia, la percepción de nosotros mismos, de los demás y de la vida da un giro. En muchas ocasiones la reincorporación al trabajo resulta difícil y hay aspectos que se perciben diferentes a cómo eran antes. Si esta nueva situación hace que te sientas desbordada y te resulte complicado adaptarte, es importante que pidas ayuda psicológica para apoyarte en esta nueva etapa de tu vida.

En el área cognitiva del paciente y del familiar también podrían emerger pensamientos producto de creencias irracionales que surgen de forma automática y que llevan a conductas que hacen referencia a todo lo que hacemos y decimos, ya que  la conducta de un individuo se ve afectada por las emociones, creencias, ideas y pensamientos.

Ante una mastectomía es común tener conductas desadaptativas como por ejemplo: evitar mirarse la zona afectada, huir de las relaciones sociales, lo que puede ocasionar ocasionando el aislamiento, tener un cambio en el estilo de ropa, etc.

De ahí la importancia de trabajar estos aspectos psicológicos para impedir la aparición de otros trastornos que afecten la calidad de vida de las pacientes y mejorar las relaciones sociales y de pareja.

El cáncer de mama no afecta por igual a todas las mujeres, depende del momento evolutivo en que se encuentren. Por ejemplo, a las mujeres en un rango de edad comprendido entre los 25 y 40 años (edad en la que pueden estar en búsqueda de pareja o intentando quedarse embarazadas) puede afectarles de forma diferente que a una mujer de 50 años que pueda tener o no pareja y descendencia. Es decir, no hay unas características concretas que hagan que la enfermedad vaya a afectar más o menos a la paciente.

Para muchas mujeres el tema de la sexualidad se vuelve un tópico difícil de sobrellevar debido a los cambios en la imagen corporal y en ocasiones se puede convertir en tabú para la pareja. Si esto ocurre es necesario que busques ayuda profesional que te de pautas para abordar esta problemática.

Autoestima y cáncer de mama

El diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama supone una situación estresante no sólo desde el punto de vista físico sino también desde el punto de vista psicológico.

A nivel físico, se ven afectadas la simetría de su cuerpo, la función reproductora y maternal. A nivel psicológico, una de las áreas que genera mayor impacto en las mujeres con cáncer de mama es la autoimagen y la autoestima.

La autoestima refiere a una actitud o sentimiento positivo o negativo hacía uno mismo basada en la evaluación de sus propias características.

Desde el punto de vista de la psicología, uno de los factores que más influyen en la autoestima es la percepción de la imagen corporal, siendo esta un conjunto que implica lo que las personas piensan, sienten, perciben y actúan en relación a su propio cuerpo, lo que hace que el punto de vista psicológico y el físico estén relacionados.

Esto supone una evaluación tanto emocional como cognitiva del propio cuerpo e incluye juicios acerca de comportamientos, habilidades o apariencia externa.

Como consecuencia de los distintos tratamientos, el cuerpo sufre una serie de cambios que hacen que la autoimagen de la mujer se vea mermada por la pérdida del cabello, la extirpación de la mama, una posible menopausia precoz, pérdida o aumento de peso, entre otras. Esto hace que el cáncer de mama, a diferencia de otros cánceres, tenga unas connotaciones psicosociales en las que se pueden ver afectados aspectos como la maternidad, la sexualidad, autoconcepto, etc.

Frente a estas complicaciones, es importante que recuerdes que aprenderás a vivir con ellas. De manera progresiva puedes ir mirando tu imagen. El hecho de ir adaptándote a tu nueva imagen y a la cicatriz hará que tu malestar vaya disminuyendo. Tomate tu tiempo para hacer esto ya que las primeras veces puede ser impactante.

Una manera de poder desahogarte y liberar la ansiedad es pudiendo contactar, a través de grupos o charlas, con mujeres que puedan estar en tu misma situación o hayan pasado por ella.

Además, durante todo el proceso, las personas experimentan todo tipo de emociones, sentimientos, momentos y situaciones que muchas veces no se saben gestionar. Para ello, es importante contar con la figura del psicooncólogo que te ayudará en todo el proceso.

En cuanto a la intervención quirúrgica, valora con tu médico la posibilidad de una reconstrucción mamaria. Todo esto puede mermar en algunas mujeres no solo la relación de la mujer consigo misma, sino también el establecimiento de relaciones con los demás, pudiendo surgir sentimientos de minusvalía, vergüenza, inseguridad, soledad y aislamiento, rechazo sexual y comparación con otras mujeres del entorno, etc.

Todo esto puede generar un duelo por la pérdida de una o ambas mamas, pudiendo ocasionar dificultades de adaptación para esta nueva situación.

La pareja es una figura importante en todo el proceso de la enfermedad y en la recuperación. Es importante mantener una buena comunicación basada en la confianza y en el apoyo, incluso recomendamos incluirla desde el principio del proceso para crear un lazo y afecto más fuertes, esto ayudará a tener una mejor adaptación a todos los procesos por los que pasan los pacientes.

También, es fundamental contar con el apoyo de otras personas que tengas alrededor, como familiares o amigos, sin ser necesariamente una pareja.

En cualquier caso, siempre que necesites ayuda con respecto a las relaciones con los demás, así como de sexualidad u otro aspecto de la enfermedad puedes consultar a un psicooncólogo.

Por último, es importante que durante todo el proceso de la enfermedad cuentes con una atención integral de un equipo multidisciplinar, desde el oncólogo/a, pasando por enfermería, fisioterapia, nutrición y psicología. El trabajo de todos ellos hará que tus necesidades y las de tus familiares se vayan viendo cubiertas.

Volver a la normalidad y convivir con las revisiones

Haber pasado por una situación difícil puede haberte llevado a reflexionar sobre tu estilo de vida. Tus prioridades cambian y muchas veces te lleva a cambiar tus esquemas. Una vez finalizados los tratamientos aparecen pensamientos automáticos de no querer estar otra vez en la situación que se ha vivido ya que eres más consciente y esto te podría hacer sentir más vulnerable.

Las continuas visitas de revisiones al ginecólogo u oncólogo después de los tratamientos representan para el paciente un estrés añadido, teniendo muchas veces una obsesión ante cualquier síntoma que simbolice que la enfermedad puede volver. No dejes que esa idea marque el rumbo de tu vida. Aunque es normal experimentarla muchas veces, puede que sea bueno ayuda psicológica para adaptarte a esta situación. Existen técnicas como la reestructuración cognitiva destinada a modificar el modo de interpretación y valoración subjetiva a ideas mucho más realistas.

Muchas veces, cuando finalizamos los tratamientos, experimentamos emociones como rabia, ira, tristeza, envidia, entre otras, y que en ocasiones nos hacen sentir mal, ya que existe la creencia de que si ya hemos superado la enfermedad deberíamos de estar bien. El poder expresar esto con el psicooncólogo, un familiar o una amistad te puede ayudar a normalizar estos pensamientos que surgen en determinados momentos.

A continuación te resumimos algunos puntos que te pueden facilitar el proceso cuando se han terminado los tratamientos:

  • Las revisiones te ayudan a estar controlado en aspectos de la enfermedad y otras complicaciones que pueden aparecer.
  • Es normal que exista el miedo a que el cáncer regrese, especialmente durante las primeras revisiones. El pensar que vas a volver a pasar lo mismo hace que el sentimiento sea más intenso, por lo que consideramos que si se te hace complicado manejarlo acudas al psicooncólogo.
  • El hecho de informarte sobre cada una de las pruebas médicas que te realicen en muchas ocasiones te ayudará a tener una mayor sensación de control.
  • Reincorpórate poco a poco a una rutina, te ayudará a sentirte mejor.
  • Cuando te encuentres preparado reincorpórate a tu vida laboral, pero recuerda que muchas veces tu cuerpo y tu mente necesitan un espacio de recuperación.
  • El hecho de repetir varias veces a las personas de tu entorno lo que ha pasado puede llegar a abrumarte a nivel emocional por lo que no necesariamente tienes que dar detalle de lo que ha pasado. Hazlo cuando y con quién tú consideres.
  • La comunicación sobre sexo es importante. Si esto es una problemática en tu vida es recomendable pedir ayuda.
  • No todos los síntomas que percibas tienen que estar relacionados con la enfermedad. El aprender a diferenciar qué aspectos están asociados a la enfermedad y cuáles no harán que acudas a la revisión con más confianza.